Antecedentes
El último Informe del Panel de Expertos de las Naciones Unidas reveló que el daño ambiental en el planeta es irreversible. Tanto así que ya no debemos hablar de Cambio Climático, sino que derechamente de Crisis Climática.
Para Chile, una de las consecuencias más graves de esta crisis son los 13 años de la peor sequía de la historia. Actualmente, la zona centro norte y centro sur del país se encuentra con déficits de precipitaciones de entre un 60% y un 80% comparado con el promedio histórico; una acumulación de nieve que registra déficits superiores al 85%; con los principales embalses con solo un 34% de su capacidad, y con una proyección para el caudal de ríos cercana a los mínimos históricos.
Este grave cuadro ha obligado al Ministerio de Obras Públicas a firmar 21 decretos de escasez hídrica, que afectan 184 comunas en ocho regiones del país (diciembre 2021). La medida permite redistribuir las aguas de los cauces para priorizar el consumo humano y autorizar la extracción de agua, mientras dure la emergencia, sin contar con los respectivos derechos.
Además, se ha declarado Emergencia Agrícola por déficit hídrico en 226 comunas a lo largo de Chile. La declaración de Emergencia Agrícola por déficit hídrico es una herramienta del Ministerio de Agricultura para entregar ayuda y apoyo eficaz para aquellas zonas de nuestro país afectadas por la baja disponibilidad de agua.
En este marco y como una necesidad de abordar las problemáticas y desafíos en el ámbito de la sequía, el año 2019 se convocó a una Mesa del Agua para trabajar en la definición de una estrategia hídrica basada en tres pilares. El 2021 se plasmó en un Plan de Emergencia Contra la Sequía que busca aumentar la disponibilidad de agua y mejorar la eficiencia en su uso, con el objetivo de asegurar el abastecimiento para el consumo humano y la producción de alimentos.
Este plan posee cuatro medidas:

Uso de agua desalada

Tecnificación de riego para la producción de alimentos

Agua potable rural

Uso eficiente en ciudades